miércoles, 23 de enero de 2008

Por mis huevos

La primera vez que vi la pegatina del toro de Osborne pegado en un coche me mosquee mucho, y eso que sólo era el principio, todavía quedaba por llegar el tunning y sus maravillosos complementos cromados. Otros querían ser más original y le ponían la pegata de un borrego, piolín, etc. Pero lo del toro (¿logo nacional?), quien se iba a sentir identificado por un animal huevón y cornudo (más noble y racional que muchos). Pues sí, se ve que algunos se sienten así, muy huevones y muy cornudos… o simplemente es que lo tengo que poner “porque se lleva”.
Y los nombres de los que van en el coche en la parte trasera, “Nico” y “Jessi”. Ostia, y cuando me ponen en la puerta pegatinas de las marcas de los aparatejos tunantes que lleva el carro, para que todo el mundo sepa que se ha gastado un pastón en chorradas, en un coche que tiene todo los boletos para darse el piñazo padre. No hay que ser vidente, generalmente va asociado el numero de chorradas en un coche con una conducción agresiva o subnormal.
Pero bueno, eso pertenece al pasado, ya no me cabreo cuando veo al torito guevon. Como siempre los yanquis nos superan en temas horteras. Allí le han dado por algo más guay, ahora venden unos “huevos de toro”, si, directamente el concepto, basta de insinuaciones con toros con grandes bolsas escrotales. Directamente un par de cojones de toro colgados en la parte trasera de tu lindo cochecito. Tiempo al tiempo, poco va a tardar en llegar a nuestra piel de toro… pero repito, estoy sereno, tranquilo, no me altero… ahora sonrío.
¿Pero por qué?, leed esto. Por lo visto, en Yanquilandia esto de colgar los genitales toriles en los coches ha creado polémica, y ya se han apuntado políticos oportunistas para prohibirlo. Un legislador de Virgina (Lionel Spruill), conocido por intentar también prohibir la moda de llevar los pantalones medio bajados (tipo baggy), dice que la gente tiene también derecho a no tener que ver algo tan vulgar. Y sobretodo, se pregunta el bueno de Lionel que “¿hasta donde van a llegar el tamaño de las pelotas?”, ummm, ahí veo yo un poco problema de complejo.
Gustará o no, parecerá de lelo o no, evidentemente, pero mientras algún cenutrio conservador (yanqui, nazional o global) se escandalice porque lo que hagamos sea vulgar, obsceno o fuera de lugar, tendremos que alegrarnos de ver al toro de osborne, a las pelotas colgando de la camioneta del vecino o a un mozalbete con los pantalones medio bajados.
Y para el que no se acostumbre, que pida cita a un taliban integrista, y viva con él, seguro que con esa mira estrecha de mollera son felices para siempre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo muy bien al españolito hortera pero si entiendo lo que deben pasar los animales en el largo proceso de tortura que viven desde que nacen hasta que mueren de forma injustamente cruel para el divertimento de unos cuantos enfermos mentales.
Que este horterio prosiga y evolucione es lamentable porque bioindica el grado de estabilidad mental del conjunto social, esto unido a la masa de psicópatas, fascistas y matarifes apiñados en el lamentable espectáculo de las corridas donde se tortura hasta la muerte a un cordado superior afianza el futuro hacia un desastre monumental.

Anónimo dijo...

vivan los simbolos de la estupidez generalizada,a mas zopenco mas tendencia a identificarse con simbolos de la idiotez y la ignorancia.¿Que me decis del conejito de Play boy?.(Vivan las titis del play boy por cierto).voy a poner una pegata en mi buga de sopas maggi,¡veras lo que ligo en la puerta de la disco!.

Joaquin dijo...

Ostia, es verdad, el conejito del playboy... estas niñas no ven más alla que el mismo dibujo? o soy muy ingenuo y lo que quieren decirnos es que son grandes feladoras a precios populares, por una copita o una rallita. Como dirá la madre "Es lo que se lleva". Porque lo de poner la pegatina en el buga vale, pero algunas se lo tatuan, como el ganado, curioso.