sábado, 17 de marzo de 2007

Pantalones bajaos

La chulería y las pintas siempre han estado de la mano de cualquier estilo de música, eso está claro. Sólo hay que recordar a los primeros roqueros con ese descaro y ganas de calentar al personal, tupé, chupas negras… o como los punkis con cadenas, pelopincho, etc… digamos que la actitud y la forma de vestir eran (o son) coherentes, parezco peligroso / cuidao conmigo.
A lo que voy, el otro día pasando por el polígono ví a un par de tíos esperando a en un taller, supongo que por su coche. Lo que llamaba la atención eran que sus pantalones estaban bajados por debajo del culo, asomando sus calzones. No sé que ley gravitacional les ayudaba para que no se les cayera al suelo los vaqueros, pero permanecían preocupados por su carro en la puerta del taller con los pantalones bajados. No es la primera vez que lo veo, pero esta vez no era a un rapero (digna y admirable costumbre dicho sea de paso), o por lo menos las pintas de los dos tipos eran normales por lo que supongo que se ha puesto de moda y punto, cosa fina.
Lo curioso del tema es que me dio por preguntarme de dónde venía la costumbre-manía-moda-vetetuasaber de tener los pantalones tal que por debajo del nivel de flotación. Y leyendo por ahí descubrí que todo viene de las bandas callejeras de los chicos malos de los EEUU, que cuando alguno que otro volvía del truyo se traía la costumbre de tener los pantalones más grandes de lo normal por lo que le asomaban los taparrabos de turno. ¿Y quien fue el lumbrera que se le ocurrió?, pues a nadie, lo que pasaba es que al estar en la cárcel y repartir el uniforme carcelario, nadie se preocupaba por las medidas y tallas de los hijos de perra que venía de la calle de dar un palo, por lo que la mayoría de los chicos malos tenían tallas de pantalones que no les venían bien.
Vale, el menda que volvía de la cárcel a la calle chuleaba con pantalones más grandes de la cuenta y pronto la peña cogió que como ha estado en el truyo y es peligroso, el que vista así es de tíos duros y por lo tanto como yo soy un tío duro ( o eso quiero aparentar para tirarme a mis vecinas) pues cojo y me pongo ropa grande sin saber muy bien porqué y tal y tal…
Y oye, muy bien por los raperos y tal, curiosa forma de vestir. Pero la cosa es que sin saber porqué se ha ido exportando esa moda a la gente de la calle, que por lo que he contado y cualquiera puede comprobar, la peña se pone pantalones grandes asomando el culo forrado de calzones con dos cojones, lástima que no sepan esta historia, porque sino más chulos y orgullosos se pondrían, si señor, “He estado en la trena tío” (o eso parece, cuidado conmigo que te caneo). Ahora que si toda esta manía viniera de una costumbre de los mormones americanos que lo hubieran leído en los evangelios de San Jeremías el Onanista Arrepentido, a la gente le daría igual, curioso, curioso, porque lo que sí que parece es que poco a poco nos estamos bajando los pantalones para todo y ya se empieza a reflejar en la forma de vestir, espero que no sea eso, pero lo parece, no se, que tontería ¿no?.

sábado, 3 de marzo de 2007

Tamagochi cerebral



Otra patata mental, me preguntaba si algún día se podrán digitalizar o almacenar los datos del cerebro y pasar a alguna máquina. Creo que sólo es cuestión de tiempo, seguro, y no es ocurrencia mía, ya hay alguna película por ahí que trata el tema. Al principio será un tema muy serio que habría que debatirse en la ONU y preguntarle al Papa si esto es serio, moral, ético y demás. Pero poco a poco el negocio meterá las manos y estará en la Teletienda de madrugada, junto al pelapatatas de iones o abdomizador comestible. Y todo el mundo podrá tener su maquinita a lo tamagochi donde podrá descargar su cerebro o el de su vecina para experimentar nuevas sensaciones.
Se colgará en las webs nuestros archivos mentales para quien quiera tener un miniyo y manipularlo a su antojo. Vendría bien para quien busca pareja y mantener una conversación para ver si merece la pena una cita (ya no a ciegas), ahorrando dinero, tiempo y disgustos de última hora. Pero como siempre estará el menda que poniendo unos codecs al programa de la maquinita pueda hacerle cualquier cosa a esa conciencia clónica, como insultarla o infringirle dolor o vete tu a saber… o trasplantarlo a un ficus, o a una mascota que se te enganche en la pantorrilla. Este donde este esa conciencia, ¿creerá que existe realmente? o aún peor, ¿sería esa conciencia igual de real que el original?... demasiado profundo, voy por una cerveza y ahora vuelvo.
Total, que después de tanta paranoia, puede ser que de igual si esté en un tamagochi, metido en un mp3, en un gps o sencillamente como siempre ha estado, metida dentro de un saco de carne, huesos y bilis con fecha de caducidad y casi siempre perdido preguntándose tonterías… como es mi caso. Porque al final, un día u otro, se le acabaran las pilas y nadie se acordará de él.

a 2 patas



El otro día leí al Punset y me dejó un pelin cuajao, total que dice el tío que los “humanos” somos bígamos debido a que pasamos en su día de estar de cuatro a dos patas (maldita evolución de las especies). Por lo visto al intentar ponernos de pié, al antiguo homínido se le fueron estrechando las caderas, lo que provocó que a las hembras, a parte de empezar a sufrir dolor en el parto, daban a luz a cabezones inmaduros… no como las cebras y demás mamíferos, que en cuanto nacen ya saben correr y hacer logaritmos. Esto llevó a que las féminas humanas tuvieran que buscarse un machote (muy bruto, con mucho pelo y despistado) para que fuera que los protegiera a ella y al retoño, aparte de buscar alimento (y no precisamente al Mercadona)… ¡y así nació la bigamia!.
Yo ya sabía que las caderas de las mujeres daban mucho juego, pero no creía que tanto, joder. O sea, que si al homo-loquesea no se le hubiera ocurrido ponerse de pié, ahora estaríamos con varias chatis a la vez y no atados a una sola moza de por vida… esto trae varias conclusiones:

- al estar a cuatro patas sería más fácil encontrarse esas monedas que nadie vería estando esbelto y mirando escaparates.
- seguramente compartiríamos la costumbre de los perros de conocernos oliéndonos el culo (la biología y la evolución se encargaría de que fuera la mar de agradable).
- el mercado inmobiliario estaría rebosante de beneficios ya que en un bloque se haría el doble de plantas, y no haría falta que los techos estuviesen tan altos como ahora.
- Habría más igualdad de género, ya que tanto hombres como mujeres meariamos levantando la pata, y no como ahora que nosotros lo hacemos de pié y ellas sentadas.
- tendríamos que estar más atentos por si algún desalmado con intenciones funestas nos hiciera un siete en el tubo de escape.
- claro que esto de estar con varias mujeres se lo reservamos a los metrosexuales a cuatro patas o a algún lama con mucha paciencia, porque los demás seguro que no estaríamos para atender las atenciones de tanta fémina… a quien vamos a engañar, si con una ya nos cuesta tirar palante.