sábado, 3 de marzo de 2007

Tamagochi cerebral



Otra patata mental, me preguntaba si algún día se podrán digitalizar o almacenar los datos del cerebro y pasar a alguna máquina. Creo que sólo es cuestión de tiempo, seguro, y no es ocurrencia mía, ya hay alguna película por ahí que trata el tema. Al principio será un tema muy serio que habría que debatirse en la ONU y preguntarle al Papa si esto es serio, moral, ético y demás. Pero poco a poco el negocio meterá las manos y estará en la Teletienda de madrugada, junto al pelapatatas de iones o abdomizador comestible. Y todo el mundo podrá tener su maquinita a lo tamagochi donde podrá descargar su cerebro o el de su vecina para experimentar nuevas sensaciones.
Se colgará en las webs nuestros archivos mentales para quien quiera tener un miniyo y manipularlo a su antojo. Vendría bien para quien busca pareja y mantener una conversación para ver si merece la pena una cita (ya no a ciegas), ahorrando dinero, tiempo y disgustos de última hora. Pero como siempre estará el menda que poniendo unos codecs al programa de la maquinita pueda hacerle cualquier cosa a esa conciencia clónica, como insultarla o infringirle dolor o vete tu a saber… o trasplantarlo a un ficus, o a una mascota que se te enganche en la pantorrilla. Este donde este esa conciencia, ¿creerá que existe realmente? o aún peor, ¿sería esa conciencia igual de real que el original?... demasiado profundo, voy por una cerveza y ahora vuelvo.
Total, que después de tanta paranoia, puede ser que de igual si esté en un tamagochi, metido en un mp3, en un gps o sencillamente como siempre ha estado, metida dentro de un saco de carne, huesos y bilis con fecha de caducidad y casi siempre perdido preguntándose tonterías… como es mi caso. Porque al final, un día u otro, se le acabaran las pilas y nadie se acordará de él.

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