lunes, 30 de abril de 2007

Codificados




Esta imagen del tatuaje del código de barras en la nuca tiene mucha chicha, si señor. Con esto de la tecnología y tanto japonés inventando trastos es fácil llegar a pensar como un paranoico… “nos vigilan”, “nos observan”, “estamos controlados”, vaya, como el gran hermano de la tele pero el premio final es un GPS anal y no es sólo para el ganador. ¿Y qué hay de malo en estar fichado?, ¿acaso has hecho algo malo para temer al control?, si tuviéramos una base de datos del ADN de toda la peña, delincuentes o no, sería mas fácil encontrar a un criminal si deja rastros, ¿no?. Si lo temes, por algo será, ¿qué has hecho?, ¿qué ocultas?, ¿Por qué sudas cuando te lo cuento?.
Es más, con el ADN sabríamos ya de pequeños qué profesión nos conviene, como albañil, filósofo o astronauta (a ver si ves Gattaca, coñe). Y si eres un inútil, o simplemente no vas a encajar. Ya te puedes despedirte de una vida digna, agua y ajo amigo. O si cuando estás en el vientre de tu madre, o de una probeta, ven que estas predispuesto a una elefantiasis escrotal, no tendrás seguro médico, por lo que no te harán una hipoteca (ni falta que te hace, por cierto), ni habrá motivo por que el estado pague unos estudios a un crío que igual dura un par de lustros, totalmente improductivo, un desperdicio.
Si, ya sé, cuando salga a la calle y me den una paliza para robarme el móvil multimedia de nueva generación con cámara megapixel, seré el primero en exigir más control, más policía, más vigilancia. O igual no hace falta que me toque una paliza aleatoria, con que vea la TV unas cuantas horas diarias con instructivos programas como “Esto es lo que hay no salgas a la calle que te canean”, “Chicos malos cabrones te buscan y te van a dar pal pelo” o “Catástrofes a granel para ella y para él”, ya tengo el cuerpo preparado para ese GPS anal de nueva generación con cámara megapixel integrada que hará de mi vida un remanso de tranquilidad en cómodos plazos.
Pero señores, todo esto con siglas tan nuevas y tan modernas, no lo son tanto. ¿Sabían que la eficacia de los campos de concentración nazis exterminando al personal no sólo se debía a las duchitas de gas?, también influyó uno de los primeros “ordenadores” de la historia, unas perforadoras de tarjetas que codificaban el ya famoso tatuaje de numeritos que les ponían a los desgraciados en el brazo y que iban a los campos. Con este número la máquina clasificaba rápidamente y decidía a dónde enviar y qué hacer con los prisioneros dependiendo de la raza, religión, edad, sexo, etc. Lo mejor es que éstas máquinas de "automatización de la destrucción humana" no eran alemanas, sino norteamericanas, de la conocida IBM que por entonces hacía sus primeros pinitos (y que pinitos, mire UD). Vale, no hay que ser mal pensados, que los nazis compraran la máquina a los yanquis no quiere decir nada. Lo que sí que mosquea es que hasta 1942 (la 2ª guerra mundial fue del 1939 a 1945), un equipo de la IBM americano, visitaba regularmente los campos de concentración alemanes para tenerlos bien engrasaditos y listos para funcionar. Como le gustaba a Adolf.
Un buen ejemplo de lo que una buena multinacional (video) tiene que hacer para conseguir grandes beneficios, ser una empresa egoísta y psicópata.
De acuerdo, esos tiempos siniestros no son los de hoy… ahora todo es diferente. También es verdad que desde entonces no hemos vivido grandes guerras en Europa, ni dictadores (a excepción de Paco Franco hace poco). Y es que vivimos el período más largo sin guerras, pero como todo, es cíclico y espero no estar por aquí cuando la tecnología esté al servicio de algún dictador / es.
Seguramente sólo tenemos la tecnología que nos dejan tener y vemos la información que nos dejan ver, el resto solo está y estará al alcance de los de siempre. Si es que somos una especie de tradiciones enraizadas, mire UD.

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